La Propaganda Terrorista, El Discurso de Odio y el Derecho a la Libertad de Expresión en el Proyecto de Ley C-36
Es imposible negar la importancia que tienen las plataformas digitales hoy en día. A través de Internet y las redes sociales podemos ver lo que pasa en cualquier parte del mundo y en cualquier momento. Este tipo de tecnología cambió la forma de comunicarnos y de acceder a la información.
Con el objetivo de combatir el discurso de odio y la propaganda terrorista, surgió la idea de regular las redes sociales en diferentes partes del mundo.
En Canadá, desde junio de este año, se está discutiendo el proyecto de ley c-36, cuyo objetivo es “proteger a los canadienses de los discursos y crímenes de odio”. La cantidad de personas víctimas del “odio” en redes sociales ha aumentado, y muchas veces ese odio “online” derivó en crímenes de odio “offline”. Esto llevó al gobierno a pretender regular esta cuestión.[1] Lo mismo aplica al caso de la “propaganda terrorista”.
La regulación del odio en internet es un tema que ya venía asomándose en la política canadiense. Un ejemplo de ello es el noveno principio de la “Digital Charter Implementation Act 2020” (un proyecto para modernizar la protección de información personal en el sector privado): “plataformas libres de odio y extremismo violento”.[2]
Este proyecto de ley abre el debate de cómo encontrar el balance justo para terminar con el discurso de odio y el extremismo violento, al mismo tiempo que se protege el derecho a la libre expresión de las personas.
El proyecto de ley c-36 incluye reglas sobre como las diferentes plataformas de servicios online deben tratar con aquellos contenidos sobre discurso de odio, propaganda terrorista, contenido que incite a la violencia, explotación sexual infantil y distribución de imágenes intimas sin consentimiento. [3]
Dentro de este nuevo marco legal se impone a estas plataformas el requisito de remoción de contenido ilegal dentro de las 24 horas, siendo susceptibles de penas en caso de incumplimiento. Además, se crearía un organismo para controlar el cumplimiento de esta normativa. Este organismo sería llamado la “Comisión de Seguridad Digital”, que incluso podría recomendar sanciones administrativas en caso de faltas. Además, podría solicitar, en casos “excepcionales”, una orden judicial para obligar a los proveedores de servicios de telecomunicaciones a bloquear o filtrar contenido.[4]
La introducción de esta legislación generó debate en la sociedad canadiense, debido al impacto que puede tener en la libertad de expresión de las personas.[5] Entre las críticas a este proyecto encontramos: a) que el periodo de 24 horas para remover el “contenido ilegal” no es suficiente para analizar el contenido en cuestión y si debe ser removido o no; b) categorías muy amplias, lo que provocaría la censura de contenido legal pero “hiriente”; c) bloqueo de plataformas que no cumplan con la normativa; d) multas excesivas para las plataformas que no cumplan con la normativa; y e) obligación de las diferentes plataformas a “filtrar” contenido.[6]
La propaganda terrorista ya está definida en el Código Criminal Canadiense, e incluye cualquier audio, video, escrito o signo que defienda la comisión de una ofensa terrorista.[7] La remoción de este tipo de contenido seria beneficiosa en la lucha contra el terrorismo, provocando que sea más difícil a estas organizaciones atraer o “radicalizar” individuos a través de estos medios. La introducción de filtros por las plataformas digitales también contribuiría a eliminar la propaganda terrorista de las plataformas digitales. El problema con los filtros se encuentra en que es muy probable que bloquee contenido legal, y que deban ser ajustado a medida que suceden estos casos.
Por otro lado, el proyecto de ley enmendaría el Código Criminal Canadiense y la Ley Canadiense de Derechos Humanos. Se busca introducir una definición de “odio” en el Código Criminal, que tipificaría el delito de “incitación publica al odio”. Para definir al odio se utilizaría la definición adoptada por la Suprema Corte Canadiense: “La emoción que involucra el aborrecimiento o difamación y que es más fuerte que el disgusto o el desdén”. Con esta definición se busca impactar lo menos posible en la libre expresión de los individuos, siendo aplicable a un número reducido de casos particulares que superaren el “discurso hiriente” que, por más repugnante que sea, está protegido por el derecho a la liberta de expresión. Los detractores de esta reforma no consideran a esta definición como suficientemente precisa, además de subjetiva, y creen que es imposible de aplicar sin violar la Carta de Derechos Fundamentales canadiense. Una definición precisa de odio, que aplique a casos específicos, es importante y necesaria para proteger la libertad de expresión. [8]
En ese sentido, Canadá se propone evitar caer en los errores de la Ley Antiterrorista del 2015[9], como la utilización de términos vagos, ambiguos e imprecisos, ya que en este proyecto no solo regula la propaganda terrorista sino también el discurso de odio, un concepto de mayor amplitud. La Ley Antiterrorista del 2015 tipificaba la fomentación del “terrorismo en general”. Esta expresión generó controversia y debió ser reformada unos años después. Volver a cometer estos errores podría generar un impacto extremadamente negativo en el derecho a la libre expresión.
En cuanto a la Ley Canadiense de Derechos Humanos, se pretende reinsertar una versión revisada de la sección 13, la cual fue revocada por el propio Parlamento en el 2013 ante críticas por socavar la libre expresión.[10] La “nueva” sección 13 convertiría en una práctica discriminatoria la incitación al odio a través de Internet u otros medios de telecomunicación. Aquellos a favor de esta reforma argumentan que la nueva sección 13 es más precisa por lo que no perjudicaría la libertad de expresión. Pero muchos otros sectores mantienen sus preocupaciones en cuanto su reinserción, argumentando que la definición de discurso de odio es vaga y subjetiva. [11]
Aún es muy pronto para determinar el impacto que podría tener este proyecto en la libertad de expresión, ya que actualmente se está debatiendo en el Parlamento, generando discusiones entre los diferentes grupos de la política canadiense. Es de gran importancia definir precisamente los términos, ya que de lo contrario muchas personas tendrían miedo de publicar, otras serian censuradas injustamente y las diferentes plataformas tendrían la difícil tarea de decidir qué debe ser removido, algo que no pueden realizar basándose en una legislación que utiliza términos ambiguos.
[1]https://www.canada.ca/en/department-justice/news/2021/06/government-of-canada-takes-action-to-protect-canadians-against-hate-speech-and-hate-crimes.html
[2]https://www.ic.gc.ca/eic/site/062.nsf/eng/h_00108.html
[3]https://www.canada.ca/en/department-justice/news/2021/06/government-of-canada-takes-action-to-protect-canadians-against-hate-speech-and-hate-crimes.html
[4]https://nationalpost.com/news/politics/liberals-online-harms-bill-would-create-a-digital-safety-commissioner-to-police-internet
[5] Tech agains terrorism, “The online regulation series”, The handbook 2021
[6]https://www.eff.org/deeplinks/2021/08/o-no-canada-fast-moving-proposal-creates-filtering-blocking-and-reporting-rules-1?utm_campaign=Everything%20in%20Moderation&utm_medium=email&utm_source=Revue%20newsletter
[7]https://laws-lois.justice.gc.ca/eng/acts/C-46/page-18.html#docCont
[8]https://www.constitutionalstudies.ca/2021/08/combating-online-hate-yes-your-tweet-could-be-considered-hate-speech/?print=print
[9]https://ccla.org/understanding-bill-c-51-the-anti-terrorism-act-2015/
[10]https://laws-lois.justice.gc.ca/eng/acts/h-6/page-2.html#docCont
[11]https://www.constitutionalstudies.ca/2021/08/combating-online-hate-yes-your-tweet-could-be-considered-hate-speech/?print=print