Japón y la bomba de tiempo demográfica
Breve introducción
Japón suele ser conocida como una nación desarrollada que, sin lugar a dudas, juega un rol preponderante en el ámbito de las relaciones internacionales y sobre todo, en el escenario del Asia-Pacífico. Resulta sorprendente que, a pesar del reinado ininterrumpido de paz y prosperidad posterior a los sucesos de la Segunda Guerra Mundial, el país nipón se vea envuelto en una problemática donde se lo ve forzado a colocarse entre la espada y la pared.
Japón está transitando un fenómeno que los analistas describen como ¨bomba de tiempo demográfica¨. Este concepto será tratado en extensión en el transcurso de este ensayo, pero en resumidas cuentas, el mismo hace énfasis en que Japón en un mediano-largo plazo se volverá inviable debido a la baja cantidad de población económicamente activa (PEA) que en definitiva es el pilar de cualquier modelo económico. El problema ha obtenido tal magnitud, que hasta se ha creado un reloj del día de la muerte, donde en sus manecillas se marca la potencial extinción del pueblo japonés. El tiempo está corriendo.
Reloj del día de la muerte, consultado el 4/2/2019.
¿De qué manera influye la demografía en el marco de las relaciones internacionales?
Desde un primer lugar, la población constituye un claro ejemplo del poderío de una nación y justamente este es uno de los grandes elementos de poder detallados por el clásico de la teoría de las relaciones internacionales, Hans Morgenthau. El hecho de que la población de un país aumente o decaiga, influye notablemente en las vinculaciones de ese país con el resto de la comunidad internacional. La población es la base por donde se construye un estado y puede configurarse de maneras ilimitadas. Por ejemplo, esta puede ser la fuerza laboral que potencie la economía o puede ser entrenada para convertirse en la primera línea de ataque de un ejército. Hay una clara correlación entre el número de habitantes de un país y las posibles opciones que el mismo tenga al momento de barajar su posicionamiento internacional. De tal manera, un país pequeño con poco número de habitantes se verá limitado en su accionar en comparación a otro que poseyera una enorme cantidad de ciudadanos. Sería un error descuidar cuestiones demográficas en un análisis serio de geopolítica contemporánea.
Demografía, un gran dolor de cabeza para los países asiáticos
Sorpresivamente, la mayoría de los escenarios donde la demografía juega un rol significativo pueden ser localizados en la región asiática. El caso de China tiene que ser nombrado ya que durante parte del siglo XX, estos se vieron envueltos en una gran crisis poblacional. A diferencia del caso japonés, los chinos estaban siendo llevados a un colapso en su ordenamiento interno dado que era imposible brindarle bienes y servicios básicos a su enorme masa de habitantes y sobre todo, se buscó evitar el desbordamiento de sus mayores ciudades. Desde 1979, el Partido Comunista chino implementó políticas de natalidad donde se permitía la gestación de un solo hijo. Consecuentemente, se evitó el nacimiento de 400 millones de personas y, a pesar de que siguen siendo el país más poblado del mundo, hoy en día están situados en el puesto 156 en términos de crecimiento demográfico. A pesar de que uno creería que el problema ya ha sido sorteado, desde finales del año 2015, China ha modificado su política de un solo hijo para reemplazarla por una política de dos hijos debido a que su población económicamente activa no será capaz de soportar a la población anciana en un futuro próximo. El legado de la planificación familiar influye directamente en la proyección de su PBI y el gobierno chino ha decidido revertir la situación. Esto no hace más que demostrar el frágil equilibrio por el cual los países deben convivir en cuanto a su población para evitar catastróficas crisis.
También es pertinente nombrar el caso de la India ya que se encuentra en el segundo puesto en el ranking de los países más poblados y es un claro actor de la política internacional ubicado también, en el escenario asiático. Si bien todavía la demografía no significa una inminente preocupación para el pueblo indio, esta si resulta un elemento de poder que sitúa a la India con una gran relevancia por sobre otros países de la región y del mundo. Sus 1,3 miles de millones de habitantes aparecen como un mercado sumamente atrayente para los mercados internacionales y su población ha demostrado ser una fuerza laboral imparable que ha hecho que la India crezca a enormes tasas en los últimos años. A diferencia del caso chino, la población india se encuentra abiertamente en contra de cualquier intervención estatal en lo relacionado con la planificación familiar y el estado, por el momento, ha respetado los deseos de su población. Sin lugar a dudas, sus numerosos habitantes fueron uno de los motivos por el cual la India logró entrar en el selecto grupo de países del BRICS y que en términos de las relaciones internacionales, determinaron un enorme hito para su país. La problemática demográfica debería empezar a resonar en la cabeza de los mandamases indios ya que no poseen la misma extensión territorial de China y el ritmo de crecimiento demográfico no estaría siendo disminuido.
El caso japonés
Por último quisiera retrotraer el caso japonés, el cual demuestra atisbos un tanto diferentes a los dos países ya analizados. Japón se encuentra ubicado en el puesto número 11 dentro de los países más poblados del mundo, pero esto podría cambiar dentro de muy poco tiempo. Luego de varios ciclos de baja fertilidad y de bajo consumo interno, desde hace 25 años la economía del país nipón se ha estado encogiendo paulatinamente. Dado a los altos estándares de vida que puede proporcionar el país, la población vive mejor y por ende tiene expectativa de vida cada vez más alta. La progresiva acumulación de personas ancianas hace que los costos en términos de seguridad social aumenten y estos terminan siendo pagados por las generaciones jóvenes. Como si esto fuera poco, estas generaciones poseen cada vez menos interés en procrearse ya que ocupan la mayor cantidad de su tiempo en el trabajo y en mantenerse a flote económicamente. En una reciente encuesta, el 42% de los hombres y el 44,2% de las mujeres que aún no se han casado afirmaron no haber tenido aún relaciones sexuales. A raíz de este gran círculo vicioso, el Instituto Nacional de Investigación sobre Población y Seguridad Social maneja cifras de una reducción poblacional de entre 200.000 a 300.000 personas por año.
Indicadores de desarrollo poblacional del Banco Mundial. Comparación entre China, India y Japón.
Las autoridades japonesas están tratando de revertir la rápida y descontrolada disminución de la población a través de incentivos impositivos a parejas que obtengan descendientes. Se está buscando que la obtención de un hijo/a no constituya una carga para los japoneses y que efectivamente se pueda revertir la problemática situación demográfica. Otra salida ingeniosa por parte de la administración de Shinzo Abe ha sido la reinserción de los ancianos dentro del circuito económico para palear momentáneamente futuros inconvenientes macroeconómicos. Sorpresivamente, hay cierto consenso dentro del seno de los partidos políticos japoneses de que se debe de buscar una solución. El Partido Liberal Democrático del premier Abe, ha tomado también la iniciativa de fomentar las llamadas ¨womenomics¨, que serían políticas tendientes a favorecer a la mujer dentro del espacio laboral. El gobierno japonés sabe que el problema atraviesa la sociedad por completo y que muchas de las posibles soluciones se ven en conflicto con las mismas bases culturales japonesas. Luego de la victoria electoral del PLD y con la obtención de la “supermayoría” de las dos terceras partes en el Parlamento, se espera que durante el transcurso del 2019, las políticas relacionadas a la natalidad sean cada vez más frecuentes en la agenda legislativa japonesa.
Análisis personal y conclusión
La población de Japón está envejeciendo más rápido que cualquier otra población en el planeta. Esta intrincada situación no es un mero problema doméstico, sino que también va a repercutir en las bases mismas del estado japonés. Reacios a procrearse y ante la negativa de fomentar políticas migratorias, la sociedad nipona lentamente está siendo carcomida por el envejecimiento de su población. Consecuentemente, aquellos individuos que tributan para que el sistema estatal pueda ser mantenido van a tender a desaparecer y esto afectaría en el posicionamiento de Japón con el mundo. Sin un sostén económico que le permita a Japón posicionarse como actor relevante en la región, el archipiélago japonés no deja de ser un conjunto de islas sin recursos naturales. Muy cercanas a ellas se encuentra China, quién estaría muy interesada una progresiva degradación económica japonesa para ganar cada vez más preminencia como el único actor relevante en Asia. En caso que China pueda sortear también sus dificultades demográficas, estos estarían ansiosos una anexión en su área de influencia. Hay que destacar que aún en estos tiempos, existen disputas territoriales entre las potencias asiáticas que no tienen una solución próxima. Una posible primera medida de política exterior china podría estar relacionada con las conflictivas islas Senkaku, donde se está disputando la pertenencia entre ambos países. Por otro lado está el acecho de Rusia, quién también se encuentra en contienda con Japón por las islas Kuriles. Ante un Japón débil en términos poblacionales, sería lógico un creciente acercamiento tanto chino como ruso sobre las respectivas islas. Dado la crisis imperante, China estaría un paso más cerca en su plan para cristalizar su hegemonía por sobre el continente asiático y en definitiva, de concretar su ¨grand strategy¨ y por otro lado está Rusia, quien incorporaría un enclave más dentro de su vasto territorio el cual le permitiría potenciar su poderío panasiático. Imposible descuidar también el acecho de Corea del Norte, enemigo jurado del país japonés quien se encuentra a unos pocos kilómetros de distancia.
Sería interesante también ver como juegan los Estados Unidos en esta disyuntiva ya que Japón ha demostrado ser un gran aliado en lo correspondiente a los intereses norteamericanos en el Pacífico. Me imagino que la administración americana no dejará que un aliado suyo se debilite y que China aproveche la oportunidad para ocupar un enorme nicho de poder. Sin embargo, esto resulta una paradoja ya que actualmente el gobierno de Trump ha anunciado públicamente que sería hora de que Japón adquiera mayor autonomía de los Estados Unidos. No hay que dejar que el statu quo actual engañe, Japón puede llegar a transcurrir por un escenario de mucha complejidad y los intereses de las potencias mundiales pueden llegar a estar en juego.
Por el momento, las potenciales salidas que están siendo planteadas no son muy llamativas y la base social nipona continúa agigantando el círculo vicioso de esta famosa bomba de tiempo demográfica. Pero en caso de que el gobierno de Shinzo Abe encuentre alguna solución al problema, puede convertirse en una problemática aún mayor. No debemos olvidar el caso chino, quienes trataron de revertir la situación y terminaron volviendo a fomentar el aumento de su población. La desventaja que posee Japón es su poca superficie por donde proyectarse. Un error de planeación donde la población crezca exponencialmente conllevaría un colapso instantáneo en sus mayores ciudades y un agotamiento de cualquier modelo social. Los servicios básicos no aguantarían la presión de tanta demanda poblacional y los estándares de vida caerían automáticamente. Las primeras víctimas serían por supuesto aquellos estratos más envejecidos y la pirámide demográfica se vería invertida. Tampoco sería un escenario agradable.
Desde mi punto de vista, sería fundamental la búsqueda de un equilibrio donde haya cierto control de la natalidad. La clave en la situación es la moderación, ya que cualquier política pública extrema culminaría en caos. Otra salida podría ser encontrada en políticas inmigratorias inteligentes, donde se busquen personas calificadas que logren adaptarse al sistema económico japonés y de tal manera, acrecentar la PEA para sostener los estratos que no producen riqueza. Este tipo de política, podría mejorar la vinculación de Japón con el mundo y simultáneamente, utilizar la política exterior como método de solución de problemas domésticos.
Para concluir, las situaciones demográficas de un país suele ser sobreestimadas y dadas por sentado, pero estas pueden demostrar panoramas culturales y sociales que brindan gran riqueza al análisis político. No estoy exagerando cuando digo que cada segundo que pasa, la detonación a la bomba de tiempo demográfica de Japón se ve más cercana y la solución, cada vez más problemática.
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Bibliografía
- http://www.bbc.com/mundo/noticias-37433981
- http://www.trimembracion.org/noticias/00082100.html
- https://www.lagranepoca.com/news/china/27479-el-severo-problema-demografico-de-china-cuya-nueva-politica-de-natalidad-no-resolvera.html
- http://www.businessinsider.com/signs-japan-demographic-time-bomb-2017-3#employees-are-succumbing-to-death-from-overwork-9
- https://www.diariamenteneuquen.com.ar/V3.0/2019/01/15/el-imperio-del-sol-muriente/